Guillem Barril Cutillas | Voluntario de IAP
Magdalena Medio (Colombia)
La firma de los Acuerdos de Paz en Colombia supuso una transformación sin precedentes en buena parte del país, muy especialmente aquellas regiones históricamente más afectadas por el conflicto armado. Pese a la desescalada de la guerra como consecuencia de la firma del acuerdo, la persistencia de las dificultades en su implementación, entre otros factores, ha motivado la continuidad de algunas dinámicas propias de los años de mayor auge del conflicto. Esto ha generado la consolidación de antiguos actores como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) o las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y la aparición de nuevos como las disidencias de las autodenominadas FARC-EP. De la misma forma, se han generado nuevas dinámicas en los territorios, agudizándose la disputa por el control territorial, así como de buena parte de las economías ilícitas. En consecuencia, los impactos de la guerra sobre las comunidades a lo largo del país se han mantenido en forma de nuevos desplazamientos masivos, asesinatos de lideresas y líderes sociales, amenazas y/o reclutamiento de menores, entre otros.
El Magdalena Medio es una región que se caracteriza por sus tierras fértiles, gran cantidad de recursos naturales y que además sirve de puente estratégico entre el oriente y el occidente del país. La persistencia del abandono estatal, sumado a las disputas por el control de actividades como la minería o los cultivos de coca, así como la ganadería extensiva y la tala de árboles, han convertido esta zona en un escenario ideal para los grupos armados que se concentran en esta región. En consecuencia, en el nordeste antioqueño, el Valle del Río Cimitarra y el Sur de Bolívar se han producido gran cantidad de hechos victimizantes y en la propia ciudad de Barrancamermeja se ha pasado de 31 homicidios en 2021 a la alarmante cifra de 94 en 2022.
Diferentes instituciones, organizaciones de Derechos Humanos, así como medios de comunicación regionales y organismos internacionales que trabajan en el Magdalena Medio han alertado de la grave crisis humanitaria que afronta esta región del país. En consecuencia, el pasado 21 de octubre de 2022 se llevó a cabo la instalación de la “Mesa Humanitaria del Magdalena Medio” en el municipio de San Pablo. Este proceso, de abaste nacional, y en articulación con procesos humanitarios en varias zonas del país como el Catatumbo, el Cauca o el Nariño, entre otras, busca generar escenarios para definir acciones de cara a consolidar la garantía de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario para las ciudadanas y ciudadanos.
El establecimiento de la Mesa Humanitaria del Magdalena Medio trabaja en la implementación de los siete siguientes puntos, a saber: distinción, humanidad, necesidad militar, proporcionalidad, igualdad entre beligerantes, no discriminación, limitación de la situación hostil y prioridad humanitaria. A través de estos, se pretende lograr el cumplimiento de las obligaciones humanitarias a los actores armados que operan en la región, además de salvaguardar la vida de los civiles y garantizar las condiciones para la correcta implementación de los Acuerdos de Paz en el territorio.
En el marco de la socialización del Acuerdo humanitario, tres equipos de International Action for Peace acompañaron a la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra por los tres recorridos que se hicieron en la región: el Nordeste Antioqueño (municipio de Remedios), el Valle del Río Cimitarra (municipios de Yondó y Cantagallo) y el Sur de Bolívar (municipio de San Pablo). El objetivo: socializar el Acuerdo de Paz a las comunidades, analizar las posibilidades para el campesinado en el marco de la llegada del nuevo gobierno y presionar a los grupos armados para su posicionamiento favorable con estos acuerdos de cara a mitigar la crisis humanitaria en el Magdalena Medio.
Como miembro de uno de los equipos de acompañamiento de IAP desplegados en el marco de la gira humanitaria, constatamos de primera mano las principales problemáticas en la región del Valle del Río Cimitarra. La desconexión del Estado con estos territorios, el asentamiento de los grupos armados en las veredas o el establecimiento de restricciones de movilidad en determinadas horas, entre otros, son una constante en la región. De igual forma, fuimos testigos directos de los testimonios de lideresas, líderes y portavoces comunitarios que denuncian la falta de garantías para acceder a servicios como la educación o la salud, el reclutamiento forzoso de menores de edad en los caseríos o la ausencia de la institucionalidad en estos territorios, que han quedado relegados a la marginalidad.
Pocos días después de finalizar el recorrido por el Magdalena Medio, el viernes 3 de marzo, en la ciudad de Barrancabermeja, se llevó a cabo el acto final de la Gira Humanitaria con la participación y asistencia de diferentes organizaciones, instituciones y comunidades del Magdalena Medio. Entre los miembros de la mesa principal se encontraba Danilo Rueda, director del Alto Comisionado por la Paz del Gobierno Nacional de Colombia, quien sostuvo la necesidad de seguir apostando a la paz territorial y al avance de los diálogos con los grupos armados.
El clamor de un cese multilateral de fuego que ponga fin a las hostilidades que se han vivido las últimas décadas se fortalece día a día entre los actores civiles, si bien su implementación real en el territorio parece a día de hoy lejana. En cualquier caso, espacios como la Mesa Humanitaria del Magdalena Medio suponen una oportunidad real para dar voz a las reivindicaciones de las campesinas y los campesinos en el marco de la construcción de paz con perspectiva territorial y los próximos años serán clave para analizar la viabilidad de dichas iniciativas en toda Colombia.