Capítulo 2
Los retos de la reincorporación
Tras la firma del Acuerdo de Paz entre las FARC-EP y el gobierno colombiano, más de 13.000 personas guerrilleras, de las cuales un 25% eran mujeres, realizaron la entrega de armas y se instalaron en las Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN), durante enero y agosto de 2017, en las que hicieron la transición a la vida civil. Su ubicación es fundamentalmente rural, en zonas muy afectadas por el conflicto armado.
Tras el proceso de dejación de armas, las ZVTN pasaron a ser Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR). Esto ocurre en agosto de 2017, casi al mismo tiempo que la antigua guerrilla se convierte oficialmente en partido político bajo la sigla FARC (Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común), ahora Comunes.
Las personas en proceso de reincorporación han optado por apostarle a la consolidación de la paz y contribuir al desarrollo de las zonas rurales más afectadas por el país desde sus proyectos socioeconómicos. En los ETCR se desarrollan iniciativas de reconciliación nacional que, a pesar de la falta de tierras y la escasa inversión económica estatal, dan una nueva esperanza a quienes han dejado las armas. No apoyar estos esfuerzos solo incrementa el retorno de la violencia.
En este capítulo se incluyen voces de personas firmantes de paz desde diferentes territorios y áreas.
Carolina Gómez es una más de las mujeres en proceso de reincorporación que se enfrenta a diferentes retos en la vida civil, pero sobre todo, que apuesta por una reconstrucción del país acompañada del camino de la paz, para así poder ser “feliz en este país que es tan lindo”, tal y como dice desde el ETCR que coordina, el de Georgina Ortiz, en Vista Hermosa, departamento del Meta.
“La paz es el mejor camino. Cuando hay paz, hay felicidad, amor, comprensión, igualdad”, Carolina Gómez
Para ella, entregar las armas no fue dejar de combatir. Al contrario, en su proceso en la sociedad civil sigue luchando desde la vía política de forma pacífica, a pesar de que, con el Gobierno de Iván Duque, no se implementó ningún tipo de acción para impedir el aumento de los asesinatos a liderazgos sociales y firmantes de paz. Su preocupación es constante, tanto por las condiciones de seguridad, como por la estigmatización constante que siente por ser exguerrillera.
Al igual que Gómez, Cecilia Usme también es firmante de paz y coordinadora de un proyecto de confección de ropa que lleva como nombre Puntadas para la Paz, un programa creado por 25 mujeres que elaboran prendas de vestir que envían a territorio nacional e internacional desde el ETCR de Caño Indio, en Tibú, departamento de Norte de Santander. Un proyecto que apuesta por la moda local como acto político, de memoria y resistencia.
Cecilia Usme

"Tenemos que quitarnos de la cabeza eso de que las mujeres nacimos para estar criando gallinas y cerdos"
Porque el desarrollo de proyectos productivos es uno de los objetivos del tercer punto del Acuerdo de Paz, como medida para la reincorporación económica y social. Según el informe trimestral del Secretario General de la ONU de diciembre de 2022, el 75% de las personas en proceso de reincorporación participa en proyectos productivos, más de la mitad en iniciativas individuales. Como recalca Usme, son proyectos que también van dirigidos a un empoderamiento de las mujeres, pues al hacer el proceso de reincorporación muchas de ellas se encontraron con mayores dificultades porque tuvieron que hacerse cargo de las tareas del cuidado. El informe del Secretario General de la ONU también lo destaca: “Aunque el 84% de las mujeres exguerrilleras participan en proyectos productivos, muchas siguen enfrentando desafíos para participar activamente en la adopción de decisiones. Como apuntó recientemente la Procuraduría General, solo en torno a la mitad de los hijos de excombatientes reciben apoyo del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, lo cual genera una carga excesiva de tareas de cuidados, que recaen principalmente en las mujeres”.
Ante la necesidad de garantizar una economía y vida digna a las mujeres en proceso de reincorporación, 34 de ellas crearon en el año 2020 el Mercado de las Mujeres Construyendo Paz, una iniciativa que actualmente engloba a mujeres firmantes de paz de diferentes lugares de Colombia, la mayoría cabezas de hogar. El proyecto se desarrolla en la ciudad de Medellín y consiste en la comercialización de productos realizados por cooperativas de firmantes de paz de las FARC-EP y de víctimas del conflicto armado. Desde café La Esperanza, pasando por las mochilas de La Montaña o cerveza artesanal La Trocha.
Francelly Arias es firmante de paz y presidenta de la Cooperativa Multiactiva Tejiendo Paz, COTEPAZ, bajo la que se enmarca este Mercado, del que también forma parte. Para ella, la motivación de las 34 es fuerte, porque saben que comercializando estos productos se crea una conexión entre el territorio y la ciudad, que genera un conocimiento en la población para conocer las iniciativas de paz y reconciliación.
A Arias, también le preocupa la estigmatización que sufre la comunidad firmante de paz por parte de la población y de las instituciones, lo que supone “un retroceso para poder avanzar en el cumplimiento del Acuerdo de Paz”. Uno de los mecanismos eficaces para luchar contra esta estigmatización es el aumento de la pedagogía de paz, no solo en colegios o institutos, sino a toda la comunidad en general y al pueblo colombiano. Porque el Acuerdo de Paz no solo se firmó para beneficiar a la antigua guerrilla de las FARC-EP, sino a toda la población del país para reconstruir nuevamente el tejido social.
La seguridad de las personas firmantes de paz
Según datos de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, más de 350 personas han sido asesinadas desde la firma del Acuerdo de Paz, la mayoría de ellas en las zonas priorizadas en dicho Acuerdo. Las bajas garantías de seguridad y la confrontación de diferentes grupos armados en las regiones, ha conllevado a un desplazamiento forzado de la comunidad y las personas exguerrilleras. El informe del Secretario General de la ONU de diciembre de 2022 resalta que 10.566 personas firmantes de paz (entre ellas 2.561 mujeres) viven fuera de los ETCR. La mayoría de estas personas conformaron Nuevas Áreas de Reincorporación (NAR), algunas de ellas en cascos urbanos, lugares en los que no se había establecido ninguna ruta para la reincorporación, ya que las ubicaciones de los espacios fueron rurales, en zonas en las que estaban las columnas y frentes de las FARC. Según la Misión de Verificación de la ONU y la Agencia para Reincorporación y la Normalización, actualmente existen 75 NAR. Oficialmente, estas áreas no están reconocidas por el Gobierno.
Desde la firma de los Acuerdos de Paz, cerca de 400 personas en proceso de reincorporación han sido asesinadas
Santiago Sánchez vive en uno de estos NAR, concretamente en el NAR Omaira Díaz en San Francisco, en el municipio de Yondó en Antioquia. Junto a él viven 62 personas que tuvieron que desplazarse debido a las pocas garantías de seguridad que había en el ETCR de Carrizal, y para estar más cerca de sus familiares y la comunidad con la que habían vivido durante los años en el monte.
Ahora Sánchez lidera un proyecto mediante el cual le apuestan a la construcción de paz desde la economía campesina: la siembra de cacao.
Santiago Sánchez

"El Gobierno nos dio la espalda en este proyecto"
Para Sánchez es importante realizar el proyecto junto a la comunidad, en colectivo. Porque todo el trabajo que hacen, remarca, es en beneficio del pueblo colombiano.
Y para aquellas personas en proceso de reincorporación que sigan en los ETCR, como para las que están en las NAR, es necesario que se garantice el derecho a la tierra, la vivienda digna y los servicios básicos. En el informe del Secretario de la ONU se habla de la necesidad para acelerar la entrega de tierras y data en 10 de los 24 ETCR aquellos que ya han adquirido terrenos. El informe también sostiene que en los ETCR de Cauca, Putumayo y Antioquia urge trasladar a las personas que viven ahí por motivos de seguridad, y que se sigue a la espera de que haya tierras para tal fin.
Dairo Alberto Vallejo es el coordinador del ETCR de Caño Indio. También es el responsable de un proyecto bufalino que cada diez años pasa de una organización a otra. De la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra, en el Magdalena Medio, pasó a la Asociación Campesina del Catatumbo y de esta a la cooperativa COMPROCAT, de la que forma parte Vallejo. El firmante de paz también destaca la falta de compromiso gubernamental para la entrega de tierra a las personas en proceso de reincorporación.
Dairo Alberto Vallejo

"Estoy más seguro que nunca que lo que firmamos fue un acuerdo para la paz. Le estamos caminando a la paz"
Vallejo recalca que de los proyectos productivos del ETCR, el 70% ha salido adelante gracias al trabajo en conjunto con la cooperación internacional. Y de la misma manera opina Sandra Ramírez, hoy firmante de paz y, desde 2018, senadora del Congreso de la República de Colombia.
Y, es que, la reincorporación política también ha sido fundamental para el proceso de dejación de armas y la construcción de paz. Tras la firma del Acuerdo de Paz, el 1 de septiembre de 2017 la Plaza Bolívar de Bogotá acogió el acto de presentación oficial del partido FARC (ahora Comunes) como alternativa legal para la representación política del Senado y Congreso de la República. Como parte de lo pactado en la Habana, se establecieron diez curules (cinco Senado y cinco Congreso) para este partido durante los periodos legislativos de 2018-2022 y 2022-2026.
Actualmente, desde el Congreso, Ramírez expone y denuncia la desprotección gubernamental hacia las personas en proceso de reincorporación, así como de todas las que defienden los derechos humanos y la paz en Colombia. Y para ello, destaca, es necesario un cambio de discurso, situación que ha mejorado notablemente con el nuevo gobierno de Gustavo Petro.
En este mapa se puede observar la localización geográfica de cada uno de los ETCR (identificados cada uno con una X) y las Nuevas Áreas de Reincorporación (NAR) al mantener el curso encima de cada departamento. Fuente: Agencia para la Reincorporación y la Normalización y el Observatorio Pazes.